lunes, 17 de julio de 2017

Almacenando y depurando en casa de los abuelos

Desde que el abuelo falleció hace tres años, nadie ha vivido en su casa pero eso no significa que haya quedado olvidada, cada tres o cuatro meses estaba dentro de nuestros planes ir a limpiar un poco el patio, sacudir las cosas, barrer los cuartos, ir por algunas cosas de allá que pudieran servir a la abuela o a nosotros. Se podría decir que a excepción de la limpieza en la que se había movido uno que otro objeto, prácticamente todo, absolutamente todo había permanecido en el mismo lugar en el que el abuelo las acomodo cuando se instalaron en ella. Hasta hace unos días.


El pasado fin de semana; sábado 8 y domingo 9 de julio mamá decidió que era el momento de ir a casa de los abuelos y empezar a revisar las cosas, que servia, que no y ver que se le hacia. Tres años estuvimos retrasando ese momento... tres años.

Mas o menos al año de que el abuelo falleció mamá me comento lo que pretendía hacer con la ropa del abuelo; regalarlo o venderlo. Cuando me lo dijo yo me puse un poco renuente y respondí; -¡como va a vender y regalar las cosas!- Ella respondió -y para que las queremos nosotros, mejor que le sirvan a otras personas- ya no dije mas y la situación se quedo así. No me moleste pero no estaba de acuerdo con la idea.

En ese momento paso por mi mente -con que derecho vamos a vender o regalar las cosas que con mucho esfuerzo y sacrificio habrá comprado el abuelo en su momento, no somos quienes ni tenemos porque hacerlo-. Sin embargo sabia que mamá tenia razón, para que tenerlas si nadie las iba a utilizar y yo menos.

El fin de semana después de dos años mamá volvió a lanzar la idea, con la diferencia de que ahora si se llevo a cabo. Creo dejo pasar un tiempo considerable y yo esta vez le di la razón.

He aprendido a vivir sabiendo que ya no esta, ya no me duele recordarlo; solía llorar por las noches cuando lo hacia. De alguna manera hasta el primer año creo que me sentía mal, sin embargo poco a poco fui aceptando la situación, apoye en todo lo que estuvo a mi alcance... siempre, hasta el ultimo momento, cada uno de nosotros fuimos uno con el, lo ame y lo amo con todo mi ser; eso no cambiara jamas.

Mientras revisaba sus cosas entre ellas fotos, ropa no me puse triste al borde de las lagrimas, mas bien fue una sensación grata que de pronto me provocaba una sonrisa, suspire y me dije -ya no esta-. Fue como recordarlo guardando sus cosas, sentado o acomodando sus papeles en las gavetas... y yo estaba bien, estaba sonriendo y estaba tranquila... en paz, como cuando solía ir a verlos después del estrés de la escuela, al llegar ahí todo quedaba atrás, afuera, nada importaba... solo estar en casa con ellos.

Tarde o temprano ese momento (de sacar las cosas del abuelo) iba a llegar y nada mejor que llevarlo a cabo juntos, como siempre lo hicimos... como familia. Así que el fin de semana pasado estuvimos revisando, guardando y acomodando sus cosas en un solo lugar y así cubrir los muebles.


En cuanto a la ropa para que tenerlo guardado si a alguien mas podría servirle. Y bueno... el abuelo siempre fue muy esplendido con todos.

¿Que aprendí de esto? Creo que uno debe darse su tiempo para asimilar las cosas, perder a un ser querido definitivamente no es fácil, ni tampoco el momento de decidir que hacer con los objetos personales de quien ya no estará mas con nosotros. Lógicamente uno quisiera seguir guardando todo lo que le perteneció, pero hay cosas que no vamos a utilizar es preferible regalarlo o venderlo y es algo difícil cuando no estamos listos para hacerlo, pero un día con algo de nostalgia aceptaras que ya es tiempo de empacar las cosas de quien ya no esta, no dolerá, solo recordaras viejos tiempos y sonreirás y todo estará bien...



Te amo abuelo y si existe otra vida te amare mas allá.
El mejor ejemplo que puedo tener,
la inspiración y motivación que necesitare en mis tropiezos.

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