sábado, 22 de abril de 2017

De aquellos viejos raspones

Pregunta chicos y chicas ¿cuando fue la ultima vez que tuvieron un raspón en una rodilla, un codo o los brazos? Y no me refiero a esas heridas pequeñas que la mayoría de gente suele sufrir muy de vez en cuando, como herirte con algo afilado tratando de abrir alguna lata o a consecuencia de alguna ampolla o por enterrarte algo puntiagudo, no. Me refiero a esos raspones grandes que solías hacerte mientras jugabas pelota o en bicicleta en la calle, tropezabas con algo y caías con rodillas y codos, haciéndote una herida de aquellas... donde te dejabas sin piel, esas que dolían pero lo valían.



Uuuuh solo de pensarlo me digo ¡que locura! Ahora buenas están mis rodillas para esos raspones, ¿como soportaba eso por largos días? ¿Como me atrevía siquiera a doblar las rodillas o codos y bañarme sintiendo dolor? ¡Caramba! eso era dolor con gusto. Hoy me lo imagino y me pone de nervios... en serio.

La pregunta del inicio me la hice hace unos días, mientras estábamos en casa de una familia y veía a uno de los hijos quizás de unos 8, 9 años subir una monton de leña, al levantar su pierna izquierda y doblarla pude notar una raspada que bien podía decir abarcaba casi toda su pequeña rodilla, una herida que ya había sanado pero a la cual se le había quitado la costra, el tono blanco lo reflejaba.



Cuando vi al pequeño muy sonriente y con una buena herida de batalla; pensé... la ultima vez que yo tuve algo como eso tendrá quizás poco mas de una década (así suena mas apantallante). Como olvidar esas heridas, algunas dejan cicatrices para siempre pero son huellas que al recordarlas sonríes, pues te las hiciste jugando. Tengo un par que con el tiempo fueron desapareciendo o se distinguen poco y otras pequeñas imborrables. Creo que a esa edad uno se acostumbra a caer, llevarse algún rasguño y levantarse ¿traumas? ¡Uno ni siquiera conoce esa palabra! Simplemente vuelves al ruedo. No te pasa por la mente como me pasa ahora de que puedas sufrir otro raspón sobre el mismo.

Hubo una vez en la que metí el pie en una reja de fierro, bueno; no solo el pie ni tampoco eso de meterlo, se me fue la pierna hasta por arriba de la rodilla en un agujero y me hice una raspada en varias lineas ¡memorable! Y todo por evitar que me encontraran jugando a las escondidas. Como olvidar cuando me encontraron (si, yo todavía con la pierna dentro) y preguntaron ¿por que metiste el pie ahí?. O la cicatriz que poco se ve de la mano... no había dolor. Una de las heridas que mas sufría era en el dedo gordo del pie derecho, a veces solía jugar con chanclas a la pelota y por alguna razón solía pasar rozando el piso al patearla ¡pasu mecha! Era llevarme un poco la uña y la piel... pero dijera gill de buscando a nemo; eso jamas me detuvo.



Tiene muchos años que no me caigo tras una pelota o corriendo (lo mio era correr) solo de pensarme pasar por esas caídas otra vez... me entran los nervios, pero lo volvería hacer. No es que quiera sufrir un raspón, mas bien anhelo toda la situación, esa donde no importaba las veces que te caías, o el dolor que sentías, te levantabas, seguías y seguías al día siguiente aun llevando esa herida contigo. Porque estoy segura que muchos se cayeron e hirieron aprendiendo a manejar bicicleta pero jamas se rindieron. Admiro esa fortaleza de los niños. Estoy segura que si me hubiese acercado a preguntarle al pequeño ¿como te hiciste ese raspón, seguirás haciéndolo aun después de eso? Me habría contestado SI.

El menor de mis hermanos me dijo; tu ya no aguantarías algo como eso. Como dije, solo de imaginármelo me da un poco de nervios... pero por supuesto que si volvería a jugar con chanclas con un balón y volvería a correr. Aunque ciertamente uno va cambiando las heridas... y ahora que lo pienso mejor, no tengo ninguna cicatriz nueva, no no no eso esta mal, necesito volver a andar en bicicleta pero esta vez con mas dificultad, sin manos...


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