Y ya
estamos en octubre mes del terror (ñaca ñaca)
¿Que puedo
escribir en referencia al mes que acaba de terminar con respecto al fin del
mundo? Pues no hay tanto que agregar, aquellos conspiranoicos se arriesgan
precisamente a lo que acaba de pasar (o más bien no pasar)... A que sus
predicciones no sean acertadas, y bueno eso que el mundo está dando claras
señales de que algo no está bien. Si ya lo dice bien aquella frase de La lección
de August; Ay tierra, eres demasiado maravillosa para que nadie te comprenda.
Con eso de
que según ya era el último mes que nos quedaba en este mundo, decidí empezar
algo diferente en cuanto a los últimos 10 años de mi vida se refiere (en lo que
alguien me contrata). Me comprometí conmigo misma a que cuando menos dos o tres
veces a la semana debía salir a correr por las mañanas y pues nada, ya empecé.
A inicios
del 2014 tuve la oportunidad de ir a un lugar que no tiene mucho auge la verdad
pero si es el... Digamos distintivo del municipio. Se trata de la famosa (al
menos del propio municipio y toda el área limítrofe) piedra de Huixtla, como ya
leyeron es una piedra... Enorme, tanto que puede verse desde la carretera antes
de llegar al municipio.
Vista desde la piedra |
Resulta que
llegamos hasta la piedra en auto y por ahí nos dijeron que la piedra tenía unas
escaleras en la parte de atrás para ubicarnos en lo más alto de esta. Después
de rodear, subir, bajar algunas piedras efectivamente llegamos a donde estaba
esa escalera que de subirla estarías si bien no en la cima de la piedra pero si
a la mitad de esta, y desde abajo se notaba que tendría una vista increíble.
Entonces
cuando ya estábamos enfrente de las escaleras tuve que pararme y pensar si
subir o no. Porque ya para ese momento sentía que las piernas me temblaban sin
temor, ni vergüenza de ser descubiertas.
Escaleras para subir a la piedra |
¿Alguna vez
han tratado de subir unas escaleras con las piernas temblorosas? Sientes que en
cualquier momento vas a quedar viendo al cielo, y ese pequeño lapso en el que
te apoyas con una sola pierna para poner la otra; pareciera que te mueven el
suelo y no es que solo tú lo veas, cualquiera que te preste atención se percataría
de ello. Pero aun así como orgullosa mexicana... Pos no me rajo... Y si,
gateando pero subí, combinar el temblor de mis piernas, mi miedo a las alturas
y además subir unas escaleras que la primera impresión que te da es que fue
hecha no mas por querer agregarle algún adorno a la piedra (tipo para que nadie
diga que está olvidada hay les va una escalera rápida) fue una situación que ahora
considero ameritaba pensarlo más. Bajar fue otra cosa de locos.
Precisamente
esa situación me pico el orgullo y como para diciembre pretendo ir al volcán
tacana, por eso he iniciado mi preparación. No quiero quedarme a mitad del
camino y mucho menos quiero ir subiendo como hace un año. Es una larga caminata
que entre llegar a la cima y regresar se toma día y medio, además es una
aventura que al menos una vez en la vida todo el mundo debería tener.
Sin embargo
tengo que admitir que esto de reactivar los músculos si me está costando, el
primer día pensé dos vueltas al campo solo por ser el primer día, trotando no
es necesidad correr. ¡Pasu mecha! A la mitad de la primera vuelta ya sentía que
las piernas no daban más... Y por si fuera poco me di el lujo de comentar y
retar al menor de mis hermanos que en una carrerita se tragaría mi polvo,
¡jaaa, pero que estaría pensando! A la hora de las carreritas, en el primer
arranque me dejo como por tres metros... Pfff.
En fin seguiré
con mi preparación rumbo a la cima del volcán Tacana en diciembre... Allá nos
vemos.
Por cierto debido a que estaba con el pendiente del aguante de mis piernas y las alturas, no pude fotografiar como se debía y mucho menos grabar el ascenso, pero de ir al Tacana prometo poner evidencias (fotos, videos) en el blog.
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