viernes, 28 de agosto de 2015

Cuando el parecido es increíble que no tienes dudas y cuando dudas porque no tienen ningún parecido

En una de esas tantas mañanas en las que mamá pone su canal favorito de películas mexicanas y "mira" la película cómica matutina del día mientras hace sus cosas, yo me dispongo a sentarme y tomarme una taza de café.

Aquella mañana pasaban en el televisor; Mi adorada Clementina, se trataba de una pareja de esposos en la que él, harto de que ella se comportara y ademas vistiera con la ropa de la abuela de ella, estaba dispuesto a divorciarse y ella temerosa de perderlo había pedido ayuda a la abuela difunta quien por cierto ambas eran como dos gotas de agua, razón por la cual ella se comportaba como según su abuelo le había contado muchas veces que era su abuela.

Precisamente esa película me hizo recordar lo que una vez me dijo papá refiriéndose al parecido que tenia con su mamá. No tuve la oportunidad de conocerla, mas que en fotografías que en algún momento vi cuando fui a su casa y si, creo que tenemos algunos rasgos en común. Mamá dice que tengo el mismo como ella suele llamarle piquito en cuanto al cabello se refiere, me hubiera gustado poder enseñar una foto de ella y mía pero... la única que tenia la extravié. Si bien es cierto que es bastante lógico que heredemos algunos rasgos puesto que somos pariente directos, pero hay ocasiones en las que de pronto alguien tiene un hijo que no se parece a ninguno de los padres y ahora si que ¡pum! cuando los ven te preguntan ¿de verdad es tu hijo?.

Recuerdo un caso curioso que mamá nos contó; una muchacha acababa de dar a luz a una nena blanquita de cabello castaño, la madre en cuanto la vio se llevo una gran sorpresa y que decir del padre... impresionado al borde de llegar a pensar que la niña no era su hija y, en cuanto pudo busco a su mujer para acusarla diciéndole que esa niña no era suya puesto que ninguno de los dos eran blanquitos y no tenían cabello castaño... entonces ¿de donde iba a salir una nena así? Después de unos días el papá de la chica llego a conocer a su nieta y en cuanto la vio se puso a llorar, y es que resulto que la nena era el vivo retrato de su abuela. Mientras eran peras o manzanas el padre de la nena tenia que lidiar con la idea de que su esposa le había sido infiel.

Otro ejemplo diferente pero parecido es el de mi vecina, una señora alrededor de 10 años mayor que yo, la conozco de toda mi vida y de alguna manera podría decirse que nos vimos crecer; tiene una niña que sin exagerar es igualita, que digo igualita... ¡es copia fiel y exacta de ella! para quienes la conocemos nos resulta curioso ver y convivir con su hija porque es como si la mamá estuviera creciendo de nuevo, la primera vez que la vi me quede con cara de ¡wow!. Mamá cada que la ve no puede evitar decirle a la abuela de la niña; su hija viene creciendo de nuevo.

Entiendo que como parientes es lógico que exista un parecido, pero hay ocasiones en las que los hijos no se parecen en nada a los padres, mas bien a los abuelos o bisabuelos, y otras en las que los hijos son igualitos a los padres y al decir igualitos me refiero a que son como copias y son de esas veces en las que te quedas impresionado.

Aunque mas impresionante es aun el que de pronto te encuentres con alguien idéntico a ti y que ese alguien no tenga nada que ver con tu familia. El leído del mayor de mis hermanos dice que en este mundo hay por lo menos siete personas parecidas a ti.

El ser humano es increíble

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