Mama siempre me ha
apoyado desde que tengo memoria en todo momento, en situaciones cruciales de mi
vida ha estado dándome toda su confianza, consejos y amor para alentarme en
todo, es como mi fan numero 1.
Tal como la relación
de madre e hija, entre Blanca y su madre (La canción numero 7). Mamá es en
algunos aspectos un poco conservadora y en otros no tanto, sabe guardar
distancia cuando tácitamente lo pido, pero siempre en espera de ingresar en el
momento adecuado si le doy esa pista de que ya no aguanto y la necesito, me da
toda la libertad demostrando y diciendo que si lo hace es porque me tiene
confianza, y eso es algo que agradezco con toda el alma. A mis años he notado
que soy muy afortunada y con ella nos sacamos la lotería. En mis problemas no
se mete a menos que le pida un consejo que siempre está dispuesto a dármelo. Su
filosofía es "si exiges es porque sabes que fuiste o eres la primera en
darlo". Muy por el contrario de mi; mamá fue más libre en su juventud, es
bastante sociable y por sus anécdotas se nota que disfruto mucho de todo lo que
hizo y simplemente vivió cada etapa de su vida, eso ayuda a que nos entienda si
decidimos por ejemplo fumar o beber, ella reconoce haberlo hecho en su juventud
(ya no lo hace) y de acuerdo a su filosofía no es algo que prohíba
rotundamente, aunque lo acepta; si deja claro que no le gustaría que alguno de
sus hijos tuviera esos vicios. Como ya he dicho en otras ocasiones mamá es
única y me siento de verdad afortunadísima.
Sin embargo yo como la
gran mayoría del mundo, en mi caso muy a pesar del apoyo incondicional, y de
tener una madre increíble en toda la extensión de la palabra, tengo mis propios
demonios-miedos que crean un tornado e inseguridades en mi cabeza que me
atemorizan en su momento demasiado.
Tal es el caso de
cuando entraría en la universidad; la facultad dio mil y tantas fichas solo
para poder presentar el examen de admisión; pero solo ingresarían alrededor de
150 alumnos, recuerdo que cuando por fin tuve la ficha para ingresar al examen,
mamá siempre estuvo ahí diciéndome que lo iba a pasar, que si podía, estaba
confiada y convencida de que así seria
que verla tan emocionada me hacía sentir tan bien pero al mismo tiempo
me aterraba. También me decía que si no aprobaba el examen no pasaría nada y
tendría un semestre de vacaciones para poder intentarlo la próxima vez... No
pasa nada; pero, siempre terminaba diciendo que estaba segura de que si lo
lograría. Mi miedo se hacía más grande con tan solo imaginar ¿Que pasaría si
todo en lo que ella estaba convencida que así sucedería simple y sencillamente
no pasaba?
Ese miedo siempre ha
existido, no puedo evitarlo y realmente no lo entiendo. Me agrada que mamá crea
en mi pero me atemoriza el solo imaginar que no voy a lograr conseguir algo en
lo que ella está convencida que sí. Lo curioso, raro, irónico o como se le
quiera llamar es que en todas esas situaciones en las que yo he llegado a
imaginar que no y mamá convencida de que sí; quien ha resultado tener la razón
ha sido ella... Siempre.
En ningún momento mi
pesimismo me ha concedido la razón. Y es que a pesar de imaginarme situaciones
un tanto negativas, en el momento meramente crucial siempre doy lo mejor y todo
lo que tengo de mí. En ese momento nunca me ha invadido lo negativo al
contrario me lleno de esos recién vividos recuerdos en los que aparece mi madre
diciéndome claramente; "con todas las ganas del mundo hija, sal a
triunfar, siempre apunta a lo más alto, suerte y que Dios te bendiga...".
Esas palabras siempre retumban en mi mente antes de concentrarme a lo que voy.
Y me consuela, aunque siempre me invade la duda al final de "¿Qué tal si
no di lo suficiente?". Mis inseguridades lo se... Lo sé.
Ciertamente sea el
resultado que sea; no pasaría nada, en teoría lo entiendo perfecto pero en la
práctica se me dificulta tanto que me llena de miedo. Por esporádicos momentos
puedo llegar a ser una persona insegura; además claro de que toda mi vida he
sido una persona un tanto tímida en algunas situaciones. No recuerdo haberlo
declarado en el blog tan abiertamente, pero es buen momento para admitirlo.
Acepto que de alguna
manera me atemoriza defraudarla, aun sabiendo que a ella lo que mas le importa
es que yo me encuentre bien. Hasta el día de hoy no puedo evitarlo y es que
puedo presumir que mi madre es lo mejor que tengo en la vida y una de las
maneras de agradecerle todo lo que ha hecho es logrando que se sienta orgullosa
de mi.