El tiempo sigue
pasando; 18 días ya desde que se fue mi abuelito. Como familia es la primera
vez que vivimos un duelo; no quiero exagerar y decir que ha sido un proceso muy
complicado y difícil pero, tampoco voy a mentir al decir que está siendo
demasiado fácil sobrellevarlo... Es un proceso de duelo que como muchos saben
es doloroso.
Se le extraña todos
los días, aunque nadie lo admite abiertamente en casa... Lo sé; porque tácitamente
se ha acordado no decir algunas palabras o frases (de mi abuelo) que acostumbrábamos
a decir cuando aun el seguía con nosotros; frases que tenían que estar en
nuestro día a día... Ahora ya no están.
Hoy me siento
tranquila, aunque esa sensación de nostalgia no se ha ido del todo voy
aprendiendo a vivir con ello; me ha hecho mucho bien llorar. Hace unos días
(precisamente el día de mi cumpleaños) llore sin vergüenza, sin miedo a que la
gente me viera, sin contener nada, llore como una niña, llore porque me acorde
de el, llore porque lo extraño, solo llore para sacar ese sentimiento, para
dejar de sentir ese nudo en la garganta. He descubierto que llorar no significa
que sea débil, al contrario es una manera de sacar sentimientos que llevamos
por dentro y que debemos dejar fluir como cualquier proceso en nuestro cuerpo.
En situaciones como
esta llorar es bueno; eso nos aconsejaron. No importa si es 1, 3, 5 días o una
semana; solo llora para liberar lo que llevas dentro. Los días seguirán
avanzando y aunque me siga sintiendo tranquila no significa que deje de
recordarlo y extrañarlo, solo que se aprende a llevar la cicatriz de diferente
manera.
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