Creo han pasado tres años (sino es que cuatro) desde la ultima vez que fuimos a ese lugar; bien cabe decir ¿por que no? Donde crecimos, un lugar donde mis abuelos prácticamente vivieron toda su vida, la Finca Hamburgo. Lugar al que le tengo muchísimo cariño por ellos y al cual me atrevo a referirme como mi querida finca, pasé muchas cosas allí e hicimos muchas travesuras eh, por cuestiones de seguridad para con nosotros no daré detalles, no vaya ser que los dueños se enteren y se arme la grande 😆(retomo la seriedad). No me olvido de la hermosa vista nocturna... no he visto cielo mas estrellado como el cielo en la Finca Hamburgo.
Esta semana volví a abrir mi vieja cuenta de facebook y entre las noticias había una foto de un grupo de trabajadores del beneficio de la Finca Hamburgo. Me dejé llevar a su pagina, mas por la nostalgia y los recuerdos. Revisando un poco me di cuenta lo mucho que ha crecido. Ya no es aquella finca que conocí y me da mucho gusto la transformación. Antes cuando era niña solo era conocida como una finca cafetalera con el mejor café 👌 exportado hacia Europa. Como niños vagamente era de nuestro saber que ese café específicamente llegaba hasta Alemania y por supuesto a nuestra zona de la costa. Siendo niños no sabíamos muchas cosas pero conforme crecíamos era notable, para mi café sabroso... no hay como el de la Finca Hamburgo.
¡Tengo tantos recuerdos! a veces cuando llegábamos de vacaciones solíamos ver desde el camino mientras subíamos; lo que nosotros le llamábamos carritos que transportaban café mediante unos cables por el aire; cruzaban todo el patio (desconozco su nombre pero digamos era una especie de teleféricos pero en pequeño y para el café) para nosotros era una chulada poder verlos, y aunque no era la primera vez siempre terminábamos hipnotizados con su ir y venir, sobre todo el menor de mis hermanos. Parece que fue ayer cuando subía las gradas de la casa y afuera estaba él con un refresco en la mano viendo como pasaban esos carritos. ¡Vaya! hasta ahora me doy cuenta, de él aprendí que bastaba con solo ver lo que sea que vieras (esos carritos, la gente, el lugar, los arboles, cualquier cosa) y dejarte envolver, sentir la frescura del aire e inhalar ese olor a café que envuelve toda la finca... aaah... café.
Como olvidar ese sonido del tractor desde muy temprano sacando el café de las casillas para poderlo asolear y ¡aquel trabajador con la tabla rayando el café por las mañanas!, primero rayas verticales, mas tarde horizontales o diagonales... y el sonido de sus pies andando por el café. O cuando era día de irnos a pesar (tradición de nuestra familia en vacaciones en casa de los abuelos) entrar a la bodega y llenarse los pulmones con ese olor inconfundible de café, para nosotros olía a alegría, risas, diversión porque solíamos jugar entre los bultos de café que cubrían casi toda el lugar, uno tras otro y sobre otro hasta casi topar el techo.
El abuelo... muchas veces lo vimos entrar en un lado y salir por otro, solía recorrer todo el lugar y en su andar siempre iba con ese ruido provocado por un montón de llaves en su bolsa del patalon... siempre tan entregado a su trabajo. Gracias a él pudimos entrar, salir, conocer cada rincón y laberinto de todo el beneficio. El poder ver esos patios la ultima vez que fui y decirme; cuando era niña todo eso fue nuestro parque de juegos me hace sentir muy afortunada, no puedo evitar sonreír y suspirar. El solía decirnos no vayan para allá porque están trabajando (cuando era temporada de escoger el café la gente de la zona se la pasaba todo el día en el beneficio y sus alrededores, en los patios) eramos unos niños y eso era razón suficiente para ir, recuerdo que hubo un niño de nuestra edad y él nos enseño como escogían, es la misma técnica para con los frijoles. Y si mi memoria no me falla a las nueve o diez de la mañana estaba sonando la campana desde lo alto, para avisar que ya era la hora de irse a desayunar. Yo estuve ahí, recorrí cada rincón y es algo que aun guardo en mi memoria... me lo llevo en el corazón.
Volver a ver fotos de esa finca me recuerda al abuelo, fue un lugar al que le dedico mucho, amó esa finca... lo sé. Y ver que ahora se a convertido en un atractivo turístico, me llena de alegría. Ya no es solo una finca cafetalera con el mejor café, ahora es un lugar ideal para olvidarse del mundanal ruido de la ciudad, todos deberían darse la oportunidad de visitarlo, tiene el clima y unas vistas increíbles... y ese olor a café, debes llenarte los pulmones con ese aroma y frescura. Hay una iglesia a la que siempre íbamos... no es un edificio ostentoso pero es bonito, deberían sentarse unos minutos ahí y solo escuchar el canto de los pájaros, el ruido de los arboles con el aire... solo dejarse estar.
Algo que puedo aconsejar si están pensando visitar la Finca Hamburgo, antes de llegar al lugar tómense un momento para detenerse en el camino. Bajarse del auto, estirar un poco las piernas, respiren profundamente, escuchen, vean el paisaje, sientan el clima y admiren los hermosos pinos.
Ha cambiado para bien de eso no hay duda, aunque ¿saben? si me hubiera gustado que la gente de fuera conociera como era la Finca Hamburgo precisamente por estas fechas de semana santa, la recuerdo con nostalgia. Cuando era niña la gente de ahí solía vestirse de diablos, de mujeres y de viejitos... los judíos, salían a ofrecer 3 piezas por diez, (el 3x10😄). Por la tarde los diferentes grupos se reunían frente a la cocina, los vendedores se instalaban alrededor, la marimba sonaba, ellos bailaban y la multitud se hacia presente transformando todo aquel lugar. Desconozco si aun lo hacen, yo lo apreciaba, definitivamente en la finca era mucho mejor que aquí donde vivo. Todavía hoy añoramos mis hermanos y yo ver una vez mas ese espectáculo.
Como has crecido Finca Hamburgo... mi querida finca, te llevo en el alma, eres parte de mi vida, así como fuiste parte de la del abuelo. No te olvido... y te aseguro que no lo haré. Volveré a pisar tus suelos.
A media cuadra del cielo... ¡caramba! si estas tan cerca del abuelo.
Visiten su pagina Facebook Finca Hamburgo las fotos de esta entrada las obtuve de alli y su pagina web Finca Hamburgo.
Ahora pienso, seria increíble esa iniciativa de compartir con tus amigos del alma, tu pareja o los nuevos miembros de la familia ese lugar que aprecias y fue parte de tu vida, ir juntos y estando ahí decirle algo como; estas parado justo donde una niña de 9 años que era yo pasaba sus tardes jugando o, vas caminando sobre sus pasos ¿sabes?. De ser una película seria como si vieras una escena donde tu pasado va corriendo y riendo a lado del presente... ¿si me entienden no?... pasado 👉 y 👈 presente convergen en ese momento.
Necesito tomar nota de esto, como algo que debo hacer antes de dejar este mundo...