Desde el año pasado decidí
iniciar un camino en busca de un empleo, sin embargo no es tan sencillo como lo
imagine alguna vez. Aunque eche a andar mis intenciones, el universo no
conspiro ni en el momento, ni en la manera en que hubiese querido y lo cierto
es que gran parte de mi se desanimo mucho.
Después de tocar algunas puertas y ver que
no pasaba nada, solo deje de intentarlo. Esa iniciativa, el entusiasmo y
optimismo que mostré cuando por fin decidí empezar a buscar empleo ya en un modo mas serio,
se fue. Opte por seguir con mi descanso unos meses más. Un día reapareció mi
antiguo sensei, ese con quien hice mis prácticas profesionales, quien me
brindo la confianza de poder conocer todo su trabajo. Me propuso trabajar nuevamente con él, y acepte.
Trabajando con él, consiguió meterme como
becaria por un mes en un programa de esos que surgen de parte de la secretaria
de trabajo. Y en una plática que la Lic. Encargada tuvo con nosotros (los
becarios) nos dijo que supiéramos aprovechar las oportunidades, que no dijéramos no
a nada y fuéramos como esponjitas... absorbiendo todo lo que podamos, de las personas con quien estemos.
"No les de pena hacer la más sencilla
actividad por fácil que parezca, si estás trabajando atendiendo un ciber
(conocidos también como
cafe&internet, que aquí en mi pueblo de café no tiene nada) aprendan, todo lo que puedan; que no les de pena, aprendan,
un día podrían echarlo en práctica"
Me basta con escucharlo una sola vez para
entender que en realidad no importa como inicies, lo verdaderamente importante
es hasta donde llegues. Nada que te llene y te haga sentir esa satisfacción de
decir; ¡lo hice!... sera fácil.
El abuelo solía decir también; aprende
hija todo lo que puedas aprender, porque eso es algo que nadie te va a quitar.
Y aquí estoy aprendiendo pequeñas cosas y
dispuesta a decir si a las oportunidades.
Solo se vive una vez
No hay comentarios:
Publicar un comentario