Al final de la entrada En el cuarto de los recuerdos, comente que un día de estos contaría una anécdota, hoy me resulta un poco graciosa, pero en su momento fue algo extraña y me dio un buen susto.
Cuando tengo que elegir entre ver una de acción que ya vi u otra de terror vista muchísimo mas; la mayoría de veces suelo escoger las de terror. Y precisamente hay una película que se ha quedado grabada en mi archivo mental, mas allá de haberla visto muchas veces, hasta hoy en día guarda una etiqueta con una nota de lo que me sucedió al verla.
En unas vacaciones y no recuerdo exactamente cuales, mis padres decidieron que pasaría unos días con papá, mi temporada vacacional no coincidía con la de el, por lo que me iría al lugar donde el trabajaba; en otro municipio. Papá siempre dijo que su trabajo requería las 24 hrs del día, así que eso significaba para mi el acompañarle en todo momento a excepción de la noche a donde tuviera que ir.
Como le proporcionaban un vehículo para moverse, desde las nueve de la mañana hasta las seis o siete de la noche yo era su copiloto. Prácticamente no me bajaba del auto, solo cuando le tocaba pasar a dejar unas cosas a la oficina, pero fuera de eso; no bajaba hasta en la noche. Papá siempre trabajo solo así que ocupaba la oficina en las noches para dormir, pero como pasaría unos días con el, decidió que era mejor hospedarnos en un hotel.
El primer día salimos tarde de casa, era un viaje de una hora y media, cuando mucho dos horas, así que se estaciono en un hotel y nos bajamos. Un par de horas después lo llamaron del trabajo y tuvo que salir, pero yo me quede, me dijo que durmiera tranquila y en cuanto saliera pusiera seguro, el vendría mas tarde. Tres días estuvimos en el mismo hotel, con la misma rutina, por las mañanas era su copiloto y en las noches me quedaba en el cuarto y el se iba un rato a continuar su trabajo.
No recuerdo la razón pero salimos del hotel. La cuarta noche papá decidió buscar otro, llegamos y nos instalamos en un cuarto bastante grande, era notable la forma rectangular de este. Entrando en el centro se podía ver un comedor de madera con seis sillas alrededor, a la izquierda de la puerta (a lo ancho del cuarto) estaba una ventana grande con cortinas y con vista a la calle, justo enfrente de la puerta cruzando el comedor (a lo largo); estaba otra ventana grande con cortinas. A lado de esta ventana había como un pequeño closet de cemento, en el que estaba una pila de sillas de plástico, como si ese espacio se hubiese hecho para guardarlas, entraba perfectamente. Un arco de cemento, con dos cuadros lado y lado aun sin terminar a modo de ventanas dividía el cuarto casi por la mitad, primero estaba el comedor y por otro lado, cruzando el arco estaba un espacio con dos camas individuales, una pegada a la pared de lo que era el baño, precisamente estaba al fondo y la otra pegada a la pared del arco que dividía el cuarto. A los pies de la cama ubicada en la pared del baño, estaba una mesa con un pequeño televisor.
Esa noche creí que papá se quedaría, sin embargo después de una o dos horas recibió una llamada y salio nuevamente, lo mismo; duerme tranquila, regreso mas tarde, pon seguro cuando salga. Cuando el se fue encendí la televisión y elegí acostarme en la cama pegada a la pared del arco que dividía el cuarto, así tendría la tv enfrente. Eran casi las once de la noche, doce, no lo se pero no tenia sueño aun, entonces empece a cambiar de canal buscando algo que ver. Entre cambio y cambio me encontré con una película; La Maldicion, esa donde el niño y su mamá aparecen con la boca abierta haciendo un sonido bien feo.
Es una película que he visto muchas veces y decidí verla nuevamente aquella ocasión. Recuerdo que estaba acostada, todas las luces estaban encendidas y veía muy concentrada la televisión. Mi memoria tiene archivada la escena que estaban pasando; la chica iba en el elevador y no se percato pero en cada piso por el cristal se podía ver al pequeño. Cuando llega a su departamento va un poco angustiada, recibe la llamada de su hermano diciéndole que estaba justo afuera, ella cuelga y entonces llaman a la puerta, mirando por el orificio aliviada de ver a su hermano abre, y al hacerlo... no hay nadie. Escucha ese peculiar grito, se asusta, entra, cierra la puerta y se va a su cama con miedo, estando acostada escucha nuevamente el grito, siente un jalon por debajo de las sabanas y al mirar al interior; esta la mamá del chico con esa cara pálida viéndola fijamente, de cabello negro, abriendo la boca y diciendo aaaah...
Casualmente justo en ese momento escucho un sonido muy fuerte dentro del cuarto, estaba tan concentrada en la película, que al escuchar ese ruido mi corazón se acelero como nunca, en verdad; de ser una persona con problemas cardiacos, me habría dado un infarto, fue el susto de mi vida. No grite, pero sentía y podía escuchar a galope mi corazón. Mi reacción fue la de sentarme en la cama, dirigir la mirada hacia la puerta o las ventanas. Recuerdo permanecí sentada en lo que habrán sido los segundos mas largos de mi vida, sin ver absolutamente nada. Baje el volumen a la tv pensando que el ruido pudiera haber sido de afuera, pero no escuche nada mas, la verdad es que trataba de tranquilizarme pensando fue afuera pero sabia que el ruido había sido adentro.
Después de unos minutos viendo a la puerta, ventanas y tratando de escuchar algo mas volví a acostarme, segui viendo la tv, estaba intranquila, pero con el corazón poco a poco en mas calma. ¿que rayos fue eso? Pensaba. No voy a mentir y decir, me arme de valor y me levante a revisar... no, sin llegar a paralizarme pero me dio un miedo y únicamente me senté a tratar de ver el origen del sonido.
Casi después de una hora llego papá, no había logrado conciliar el sueño, toco la puerta, y hasta en ese momento me levante, cruce el arco, me pare frente al comedor y vi, la pila de sillas que estaba ubicada en el closet estaba inclinada sobre la mesa... había caído.
¿Como paso? En ese momento me pareció increíble, mi mente me llevo a pensar y estar segura que la pila de sillas se encontraba perfectamente bien dentro del pequeño closet, no pudo haber caído hacia adelante. Sin embargo si lo pienso ahora nuevamente, quizás las sillas tenían las patas delanteras al aire o cerca de la orilla, posiblemente poco a poco se fue resbalando, pudo haber un pequeño temblor que no percibí, las vibraciones ayudaron y las patas de las sillas por fin resbalaron cayendo de golpe hacia la mesa, algún vehículo pesado paso y habría hecho vibrar un poco el cuarto, o bien era de esos hoteles que cuando alguien va corriendo se siente, todo tiembla.
¿Suena bastante rebuscado? Tal vez si, tal vez no, pero es posible. Lo cierto es que la película tiene esa seña para mi, aunque ya pasaron muchos años todavía verla me lleva a recordar la situación, sin duda es uno de los sustos mas feos que he tenido. Ya no pienso tanto en si fueron los espíritus chocarreros o los vientos subterráneos, sino en lo que pude haber hecho, como armarme de valor y levantarme a ver, hubiera descubierto las sillas y probablemente hubiera intentado ponerlas nuevamente en su sitio, asi hubiera verificado mejor la situacion... lo se, pero no lo hice.
En fin se supone no creo en esas cosas, precisamente papá se encargo de entrenarnos toda la vida diciéndonos; eso no existe. Pero en un rango del 1 al 100 me ubico siempre en el 99% de no creer, dejo una pizca de posibilidad.