Hace aproximadamente mes y medio tuvimos una experiencia que hoy nos causa gracia, pero en su momento fue un poco estresante. Son de aquellas historias simpáticas poseedoras de un toque que las vuelve especiales, hechas para guardar en la memoria, recordarlas y volver a contar en esa reunión del café, de los amigos o familiares. Sin duda todos tienen grandes historias que contar...
¿Alguna vez han sentido que van en racha?
Cuando es positiva esta genial de esas veces que empiezas bien y terminas muy bien, el mundo te sonríe, pero también hay rachas donde empiezas mal y terminas peor, ya no se ve lo duro sino lo tupido. Y como cereza del pastel uno dice; solo falta que me meé un perro.
Precisamente hace poco anduvimos en rachados como... si mi memoria no me falla... como nunca. Nos habían invitado una semana antes a una comida, un pequeño convivió para festejar el cumpleaños de una de las primas de mi sobrina. El lugar de reunión seria "Lázaro" los planes; irnos en sábado desde temprano y como esta cerca el mar pasaríamos ahí gran parte del día, el domingo iríamos a ver un rato lagartos, a medio día seria la comida y después regresaríamos a casa por la tarde. Sin embargo no estuvimos para nada cerca de lo que paso...
El sábado 17 de febrero del 2018 nos levantamos a las 4 de la mañana, la noche anterior se había preparado la mayoría de las cosas, por la mañana solo había que acomodar una que otra cosita y subirlas. Acordamos salir temprano para irnos despacio y llegar a "Lázaro" como a las 8 am. Salimos de casa cerca de las 5:40 am. Íbamos en carro, yo iba manejando a una velocidad que no rebasaba los 90 km/h. De pronto se escucha como si estuviéramos pasando por vibradores aunque no los había... empecé a frenar y a buscar un sitio ideal para orillarme en plena carretera, complicado porque no había mucho espacio. El carro casi se había detenido cuando empezamos a ver que salía humo de la parte izquierda de adelante. Me orille lo mas que pude, todos con cara de asombro reflejando una pregunta ¿Qué paso?. Al bajarnos vimos la llanta izquierda delantera desgarrada (de estar en una película de hombres lobo habría dicho que eso fue a causa de un zarpazo, o bien un ataque de wolverine) con aberturas del centro hacia afuera, irreparable.
Cerca de las 7:30 am estábamos estacionados a orilla de carretera con una llanta destruida y sin refacción (si mi padre se hubiera aparecido nos hubiera dado una buena regañada... estamos conscientes de nuestro error, nos confiamos, uno piensa que nada puede suceder hasta que sucede). Nos iba acompañando una vecina, la idea de mamá era llevarla al mar para desestresarla un par de días, ella recordó que tenia un hermano (por parte de la iglesia) que vivía cerca del lugar donde nos encontrábamos. Le marcó para ver si podía auxiliarnos, afortunadamente le dijo que si, pregunto donde estábamos y dijo que mandaría a un mecánico (sin duda un buen cristiano).
Estábamos un poco impacientes pensando ¿Por qué se tarda tanto?, los minutos parecían largos, tuvimos que esperar una hora para ver llegar al mecánico. Como la llanta se veía nueva nos entro la curiosidad por saber las causas de por que termino así, y mientras la quitaban él nos comento que a veces pasan esas situaciones, una de las teorías es porque a veces los vehículos pasan mucho tiempo en el sol eso termina afectando (y me parece escuchar a la abuela ahora gritando; saquen el carro del sol… se va a deshacer). Por fin quito la llanta y en compañía de mamá y otras dos personas el mecánico se dirigió al municipio mas cercano. El resto estuvimos esperando, sin mas que hacer, solo ver pasar carros en la carretera. Aproximadamente 40 minutos después regresaron con una llanta pero… un poquito mas grande, al no encontrar de la misma medida no hubo mas remedio que esa. Después de quitar y cambiar de lugar un par de llantas (muy agradecidos con el mecánico desde luego) seguimos nuestro camino rumbo a "Lázaro". Llegamos al lugar como a las 12 pm... tarde pero llegamos, y esto apenas iniciaba...